lunes, 7 de julio de 2008

No todo pasa en mi hospital


Hotel en Carcassonne,2007.
Como es natural, no todas mis anécdotas relacionadas con la enfermería, me han pasado dentro de mi propio trabajo.
Debido a los múltiples ingresos que realizó mi padre por las enfermedades que sufrió en sus últimos años de vida, tuvimos que realizar estancias muy largas en al menos dos centros privados.
Y como no, en ellos también ocurren cosas.
Una noche, hacia la 1 de la madrugada, sentí unos gritos que provenían del pasillo. Y me asomé. Para que entendáis la estructura base del hospital entonces se trata de un nucleo central con alas a cada lado. En el centro se hayan las estructuras base como quirófanos y aambos lados las habitaciones. Se tratan de pasillos largos de unas 40 habitaciones individuales con cama para el familiar.
Es lo que tiene los seguros... Aunque por lo visto, tampoco "es seguro que estes seguro" en esas instalaciones.
Cada ala, consta de un control de enfermería desde el cual, se "controla" a los pacientes y las salidas de emergencias son unas escaleras contraincendios al final de cada unidad, con puertas de acero y manillar en barra que solo tienes que bajar para abrirlas, ya que se supone que nadie desde afuera puede entrar. Las grandes mentes pensaron que por estar cerradas es garantía de que nadie laas abrira desde dentro
Y eso fue lo que pasó.
Pero me adelanto....
Lo que yo vi fue, a la enfermera y a la auxiliar tiradas en el suelo e incorporándose y a un abuelo en camison hospitalario que venóía dando tumbos en mi dirección.
-¡Cojan a ese hombre! gritaba semiincorporada la enfermera.
Y me dijo el numero de habitación.
Loo cogí de los brazos y lo acompañé pero cuando el se vió de nuevo en su habitación comenzó a gritar:
-¡Antonia, Antonia!¡ Socorro Antonia!
Y Antonia la esposa de unos 70 años, dormía hasta ese momento ajena a los "devaneos nocturnos" del esposo y se encontró al abrir los ojos, con un hombre vestido de calle que sostenía contra la cama a su marido.
Como es natural se puso a gritar y salió corriendo y se escondió en le wc, mientras pedia también auxilio.
Todo estos fueron apenas cinco minutos pero se hicieron eternos.
Llegó un celador y se hizo cargo del abuelo.
Al salir me encontré con la enfermera y la auxiliar aun sofocadas y me dice una de ellas:
-¡Gracias por ayudarnos! Creia que se nos escapaba por las escaleras antiincendios.
- Mujer, respondí yo. ¿Y como dejasteis, que llegase hasta allí?
-Es que pensamos que no sabría abrirlas, respondió.
Jajaja, pense, como es tan dificil, bajar una barra de una puerta de esas.... y abrirla...
¡Viva la seguridad!
Dos noches después sentí de nuevo un estruendo en la puerta d ela habitación. Salí pensando que se les habia escapado el abuelo de nuevo y me encontré el pasillo desierto. Cuando me disponía a entrar se abrió la puerta de la habitación de enfrente y sale la enfermera. Le saludé y le pregunto:
-He sentido un golpe fuerte contra mi puerta.
-Ah si, he sido yo. Perdona.
-¿Qué ha pasado? pregunté.
-Nada que me peleé con la auxiliar y le lancé el suero y de rebote dió en tu puerta, perdona.
Me la quedé mirando.... Y me metí de nuevo dentro.
Uff, hospitales, jajaja.
Saludos
MacDubh

2 comentarios:

AZAHARA dijo...

Ostras! He visto malos rollitos entre enfermeras y auxiliares, pero nunca me habría imaginado lanzamientos de sueros! Qué mal está el sector sanitario... Y qué cosas te pasan! jeje!

Mac Dubh dijo...

¿Pero no lees el blog? de todo...jajaja, me pasa de todo