viernes, 4 de julio de 2008

De regreso a casa

Catedral de Mallorca y enfrente complejo palaciego de la Almudaina con la torre del angel en contraste con el horizonte.
Debía volver a casa y después de una maravillosa ducha, me tumbe a descansar por que a las 5 de la mañana debíamos salir.
Hacia las 2 nos avisaron a las habitaciones, me duche nuevamente y me vestí. Baje a recepción y allí me reuní con la parte del pasaje que habíamos acabado en ese hotel. Fue cuando me dijeron lo rojo que estaba. hasta entonces ni siquiera me había mirado en los espejos, con lo cual ni reparé.
Salí a tomar el aire y me acerqué hasta la calle del museo gobelin. Caminé arriba y abajo y me senté en un banco. Al poco, sentí el temblor del metro bajo mis pies... trataba de reflexionar sobre mi viaje y a la vez, me sentía triste por que me iba ya y no sabía si volveria.
Med acerqué al Parque de la Coulebrade, estaba cerrado pero al menos podía respirar un aire con olor a flores, algo placentero que asociar a mi última noche.
pero finalmente llego el minibus y nos subimos.
Paris seguia en silencio, iluminada con sus calles desiertas.
Otra vez el Louvre...
Lo dejamos atrás.
Pasamos La Opera, con su aspecto de templo griego, y sus inmumerables estatuas...
Y tomamos ya ne direccion al aeropuerto Charles de Gaulle.
Al ir llegando observé su forma de Donut gigantesco. En serio la vez anterior iba tan absorto que ni lo miré.
Con todo os dié que ni siquiera entramos ya que nosotros salimos desde un anexo en la pista de aterrizaje.
Y cuando entregué mi billete y pasaporte fue cuando empezo el problema.
Se negaban a darme el billete por que mi reserva de billete tenía mi nombre que es compuesto, con el orden invertido y mi pasaporte con el orden normal.
Según las lumbreras que me atendían, eramos dos personas distintas y se negaron a darme la tarjeta de embarque.
¡Como lo leeis!
Acudieron en mi rescate los guias del viaje y finalmente me dieron el billete.
Volví y las dos horas que duró el viaje se me hicieron eternas.
Al bajar, mi madre mostraba una cara de alibvio impresionante.
Según le habian dicho en el aeropuerto d eMallorca," el avion iba vacio", con lo cual, mi madre desesperó pro que su hijo no volvía, jajajaja.
Estaba visto que no era buen día para viajar.
Mi madre no reparó ni en mi rojez por el sol, ni en los 5 kilos que habia perdido. eso lo supe por culpa d emi abiela que fue la que me dijo:
-¡Nene como has adelgazado!
Y fue al pesarme cuando lo supe.
Bueno esto fue mi viaje a Paris, mañana os cuento el de Roma.
Saludos
MacDubh

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