miércoles, 14 de mayo de 2008

El Amor no tiene edad, pero a veces...


Como reza el título, aquí os cuento dos anécdotas de muchas en las que he recibido "demandas extraordinarias "en mi entorno laboral.
¡Si es que no se puede ser majo!
La primera vez tenía yo 19 años y ella rondaría unos 60, la estaba sentando en la butaca y cuando me disponía a ponerle las zapatillas, la anciana me comenta entre dientes:
-Si tuviera 20 años menos que polvo que te iba a echar.
La hija que estaba de pie al lado, al escuchó escandalizada y mientras yo, rojo violeta, la miraba con los ojos muy abiertos, contesta:
-¡Mamá, vaya cosa le dices al muchacho!
Y ésta con aire afectado, se gira hacia su hija y le replica:
-¡Calla so antigua!
Yo salí de la habitación sin haber soltado palabra.
Muchisimos años después, en una habitación de dos enfermos con ambas pacientes encamadas y sus consecuentes familiares pululando por un espacio tan reducido. Otra paciente, grande, obesa me mira con aire especulativo, se sonríe y dice en voz alta:
-¡Me gustas!¡Quiero follarte!¿Cuanto?
En esos momentos se hizo el silencio en la habitación y quiso además que estuviera conmigo una compañera, que la mira atónita y le dice:
-El tiene su mujer. ¿cómo puedes decirle eso?
Yo ya reaccionando le contesto:
-¡No hay dinero en el mundo para que me acueste contigo!
Y ella con una sonrisa evidentemente complacida contesta:
-¡Eso es que no has visto mi cuenta corriente!
Saludos,
MacDubh

2 comentarios:

aire dijo...

A saber qué les echaréis a los pacientes entre toda la medicación para tenerlos así a los pobrecitos...

Mac Dubh dijo...

Algunas no precisan de ayuda para ponerse como motos