viernes, 23 de mayo de 2008

C***** se me ha aparecido la Virgen....


A veces la vista juega malas pasadas... pero hasta tal extremo,¡uff!
Una paciente de nombre M**** con sus hijos y nueras, hijos y yernos. Todos unas personas simpaticas y dedicadas al cuidado de su persona.Y su vecina C******* asistieron a un desagradable suceso.
Una tarde hacia las 21, la familia de M trajo una camara de video y agradecidos querian que saliera en unas tomas. Yo no soy dado a dejarme fotografiar y mucho menos filmarme, asi que, decliné la oferta y me fui al control.
Pero me sentí mal, ya que se trataba de personas muy agradables como he dicho antes. Entonces hacia las 21,45 cuando mi relevo ya estaba, fui al vestuario, me cambié y me presenté en la habitación.
Ya solo usaban la cámara de fotos, me coloqué con los chicos. m Eramos tres hombres y mirando por detrás vi el rostro divertido del yerno que me señalaba a su cuñado y los dos pensamos lo mismo. Nos agachamos y lo levantamos por los pies.
El se asusto y grito.
-¡No grites que vendrá la monja! dije yo. Pero ya era tarde. Estaba en la puerta. Tiesa como un palo, seca como la mojaba y con su cara bulldog agrietada por eso que llamaba boca.
-No esperaba esto de ti. Venía a reñirles y quien me encuentro eres tu.
-Lo siento sor, no quise molestar. No volverá a pasar... dije avergonzado.
-¡Es verdad! el lunes daré parte de ti. Y que te abran un expediente.
-Haga lo que crea conveniente. Y me fui.
Pasó el fin de semana y al regresar, efectivamente se me llamó a dirección y se me recriminó mi actitud. Se me avisó de que conductas así no debían repetirse y yo avergonzado me fui.
Ya en el servicio:
Entré en la habitación para tomar las constantes y cuando me llega el turno a M, me pregunta:
-¿Te puso el expediente?
Yo solo me sonreí y no quise hablar del tema. Entonces M, me comenta riéndose:
Aquella noche me la pasé rezándole a la Virgen del Carmen para que no te pasase nada y ¿sabes que me pasó? A media noche abro los ojos y me veo una figura de blanco a los pies de la cama, los cerré. Al volverlos a abrir, la figura no estaba. Entonces, me puse a decirle a C:
- ¡C, se me ha aparecido la virgen! varias veces.
Ella adormilada le respondió,
-¡Qué coño si era la monja!
Y entonces le contesté:
-Entonces se me ha aparecido el demonio.
Me hizo reír tanto aquello, que me compensó con creces el disgusto. Años después se lo conté sin citar nombres a mi amada némesis, y solo vi como fruncía su ceño y retorcía aun ese tajo que tiene por sonrisa.
Saludos
MacDubh

2 comentarios:

aire dijo...

Mira que te quejas de la monja, y si no fuera por ella a ver qué ibas a contarnos, jajajaja.

Mac Dubh dijo...

Si podría contarte mas mucho más pero seria demasiado salvaje