lunes, 26 de mayo de 2008

1 infarto, 1 histérico y 1 intento de suicidio


Mis anécdotas, como es natural , no siempre son alegres. Pero también como es comprensible y por lo general , prefiero obviarlas. Para contar situaciones tristes, todos tenemos a esa persona que siempre nos cuenta sus penas o sus sinsabores y que en si, nos hace de pantalla. Hace que creamos que las vidas de los demás son peores que las nuestras. Nos evaden de nuestra realidad y nos hacen pensar que después de todo nuestra vida merece la pena. Vemos penas en los demás y nos conforta del propio dolor.
¡Bueno, ya solté la parrafada!
Y eso, que no iba a ser la anécdota del día.
Ahora, las risas.
¡Como pueden complicarte la vida los demás!
Una noche, hacia las 2 de la madrugada acude a mi desde el servicio de traumatología una compañera y me pide material para montar un equipo de aspiración (vacio) ya que tienen una paciente con muchas flemas y corre el riesgo de ahogarse.
Se lo preparo y se lo ofrezco. pero cual fue mi sorpresa cuando me pide que le ayude a ponerlo, puesto que ella no sabe hacerlo.
Sin decirle a nada a mi compañera, que estaba roncando como un camionero y cuyos "bramidos" competían en intensidad, con el camión encargado de la recogida de las basuras; me fui.
Al llegar a la habitación, observo que ni esta la enfermera y que la auxiliar desaparece, dejándome solo ante una paciente de muy avanzada edad y que respiraba con evidente dificultad.
Viéndome así, decidí colocar el aparato y dejarlo preparado para luego ir en busca de la enfermera.
Ésta se hallaba en la butaca pálida y con un dolor agudo en el pecho, mientras era controlada por la medico de urgencias.
Perplejo asisto al electrocardiograma que le realizaron y le diagnostican (a la enfermera) una insuficiencia cardíaca leve debida al estrés. O sea, ya teníamos a la enfermera KO. La auxiliar desaparecida... íbamos bien.
Volvemos a la habitación y con la doctora procedimos a realizar las maniobras de aspiración, pero finalmente después de 1 hora la paciente fallece.
Cuando me disponía a regresar a mi servicio, siento un grito desgarrador. Entro en la habitación y me encuentro con lo siguiente:
Al fondo de la habitación un paciente demenciado se había arrancado el suero y estaba sangrando profusamente. Amenazaba con saltar por la ventana.
Me acerco y antes su nerviosismo le digo:
-Vamos a hablar ¿te parece bien?
-No, que tu quieres comerme la cabeza y yo quiero suicidarme.
Me senté en la butaca y con la actitud más tranquila de la que pude hacer gala,cruce las piernas como si yo fuese una suerte de psicólogo y le indiqué su cama.
Para mi sorpresa se sentó. De fondo sentía los lamentos lastimeros del paciente que había gritado, compañero junto con otro de la misma habitación. Un chaval aproximadamente entonces de mi misma edad. Le ignoré deliberadamente, no me preocupaba. Hasta que de tanto llorar y gritar me acerqué a el y le dije:
-¡Si por tu culpa se suicida, si que tendrás motivos para llorar!
Así que volviéndome hacia el paciente del fondo le dije:
-Cuénteme por que quiere suicidarse.
-Si vera, han hecho terapia genética conmigo y me han producido un cáncer a mi y al vecino.
-¿A ustedes dos? ¿Al del fondo no?
- A ese no que es gilipollas. Solo a nosotros.
-¿Por que solo a vosotros dos?
Y ya en tono confidencial, me contesta:
-Somos un comando de élite y nos están exterminando.
- ¿No cree que hay maneras más rápidas de exterminar a una persona que producirle una enfermedad grave y muy lenta?
-No se. Eso lo sabrá usted. Pero yo voy a tirarme por la ventana.
Y diciendo eso hizo ademán de levantarse. Y yo con la mano, tranquilizándole le contesto.
-Hagamos una cosa. Déjeme hacer una llamada y regreso enseguida para poder hablar.
Accedió.
Al regresar tenía detrás al vigilante de seguridad, un armario de 1,90 y mas de 100k de peso.
Y acercándome le comento:
- Aquí el policía dice que si intenta saltar le engrilletará a la cama y tendrá que saltar con ella también. Ambos sabemos que no cabe por la ventana. ¿Quiere pasarse toda la noche colgando de ella y con la mano estrangulada?
Me miró y miró al vigilante y supongo que valoró las posibilidades. Sin decir nada regresó a su cama y se metió silenciosamente como un corderito. Si, iba lleno de sangre y sin suero, pero créanme; me dio igual.
Regresé a mi unidad de cirugía. Mi compi seguía intentando tragarse todos los mosquitos del universo entero con su boca-aspiradora a plena potencia.
Yo me senté y me dispuse a leer. Miré el reloj y eran las 4 pasadas...
Que cansancio...
Saludos
MacDubh

2 comentarios:

Nepomuk dijo...

Que pena de mundo... ya ni en el coeficiente intelectual de los comandos de élite podemos contar.

Y si no, miren ustedes a Bush...

Mac Dubh dijo...

Tenias que haberlo visto, pobre hombre totalmente lleno de sangre. Y encima su alucinación era tan real.