jueves, 5 de junio de 2008

¿ Y yo, que hago ahora con el/la?


A veces, trabajar puede resultar una tarea ardua. Cualquier profesión tiene sus más y sus menos y de todo es sabido. Que cada una de ellas implica sus propios riesgos y como no, sus propios beneficios.
No me estoy refiriendo a beneficios económicos. Me refiero a ese bienestar que produce el trabajo bien hecho, el sentirte realizado y además en mi trabajo; siempre será de agradecer, el reconocimiento a nuestra labor.
Pero que pasa cuando tu lugar de trabajo se transforma en una unidad de psiquiatría y no me refiero a que los pacientes estén más o menos agitados. A que tengan patologías psiquiátricas... o a que te den una mala noche.
Me refiero a que cuando tu compañer@ te hace la vida imposible.... por sus neuras.
Os aseguro que hemos tratado de razonar con el/la, hemos tratado de que acuda a un/a psicólogo/a, psiquiatras y se niega.
Dice que se encuentra perfectamente. Por otro lado, es consciente de sus hipocondrías.
¿Qué haces? ¿Como trabajas con una persona así?
Por poneros un ejemplo múltiple,lo siguiente ocurrió todo en una noche...
Hacia las 12, con la medicación dada, le digo a mi compañer@ T*****:
-Oye T* que me voy a la sala de ********* para fumarme un cigarrillo.
-Muy bien, tranquilo.
Cuando acabé, se me antojo una chocolatina. Pero como bajar a la planta baja eran 2 minutos decidí no decírselo y bajé con el ascensor.
Ya en la planta baja, le digo al vigilante de seguridad:
-Si llaman pidiendo por mi, no estoy.
Segundos después, suena el teléfono de seguridad y escucho la respuesta:
-No, no está aquí abajo.
Y veo que se sonríe.
Subí enseguida y me la encuentro frotándose las manos y angustiad@ me dice:
-Me asomé a ver si seguías fumando y al no verte pensé que te habías caído por la ventana.
-¿Y te asomaste? pregunté yo
-Si.
-¿Y me viste abajo?
-Al no verte pensé que te habías caído por el hueco de las escaleras.
Y yo pensé:
Si no quepo por ese hueco ni tirándome de canto...
Así que decidí ignorarl@.
Más tarde como era verano quise abrir las ventanas para airear la habitación y su respuesta:
-No abras que si entran mosquitos me picaran.
Dejé la ventana cerrada y puse el aire acondicionado. Su respuesta:
-No lo pongas que me produce faringitis.
Lo dejé cerrado.
Cuando ya nos disponíamos a sentarnos para descansar las piernas para el resto de la noche y con todo controlado. Ya solo íbamos a estar pendientes de las demandas que fueran a surgir al lo largo del resto de turno. Le comento:
-¿Donde coloco tu butaca?
Y señalo una zona del control y el/la a su vez, mirando el techo observa una grieta en la escayola y me dice:
-¡Aquí no que si se cae la viga me matará!
Le señalo otro sitio del control y me dice:
-¡Ahí tampoco por que el cuadro eléctrico me producirá "alteraciones cerebrales"!
Entonces yo pensé:
-¿Y yo, que hago ahora con el/la? ¿El/la estrangulo?
Puse mi butaca debajo del panel eléctrico, la suya bastante más cerca de lo que yo hubiera deseado y con todas la reticencias que me había hecho, abrí la ventana y dejé que los "supuestos mosquitos" nos atacasen.
Al verla abierta se acercó corriendo con la intención de cerrarla, y yo la/le corte:
-¡Ni se te ocurra cerrarla o no hará falta que te ataquen los mosquitos esta noche!
Pasamos el resto del turno tranquilos y en paz, aunque de vez en cuando la oía roncar...
Me pregunto:
-¿Se tragaría algún mosquito aquella noche?
Saludos
MacDubh

6 comentarios:

OrO dijo...

hola!!!!!!!!
te firmo
pasate

saludossssss

Mac Dubh dijo...

Saludos, ahora me paso

Anónimo dijo...

Jaja la verdad que me he reido mucho y pese a que has tenido un ligero error en la que has dejado a entender que la loca es una mujer, por cierto muy loca jaja

Mac Dubh dijo...

mmm shhhhhhhhh calla...shhhhhh

Shauki Expósito dijo...

Carlos esta historia me preocupa un poco, creo que escribiré algo en mi blog sobre los traumas que pueden ocasionar la acumulación de miedos. Es increíble, no tanto por ti, que ya es duro trabajar con alguien así, sino para ella misma. Que dura debe ser su vida, temiéndole a todo y tratando de controlar su entorno para que nada caótico la afecte, eso es imposible en un Mundo creado en caos. El problema es que ella misma tiene que darse cuenta que se está lanzando a un hueco sin retorno... Muy duro ehhh, más si es una persona menor de 60 años. Porque a las personas mayores se les entiende un poco más esas actitudes, y el ritmo de su vida les permite controlar más su entorno... pero siendo más joven es aún más siniestro. Qué pesado para esta persona, ojalá se de cuenta y pueda disfrutar de una vida más plena.

Mac Dubh dijo...

Es menor si, pero tiene brotes. En estos momentos esta más sosegda. Asi funciona la hipocondría. Surge ante lo inesperado y después más o menos retornas a un cierto grado de az interior(paz relativa, ya qu eesperas el siguiente desencadenante)