viernes, 25 de abril de 2008

Abre tus ojos


Hola,
la siguiente anécdota es una de muchas en las que el familiar es quizás mas protagonista si cabe, que el propio paciente. Pero en este caso, se trata más de un cambio fulgurante, que no, de una mala expresión o de un malentendido.

Una noche, hacia poco que había comenzado el turno de trabajo y me acerqué a conocer a un recién ingresado.

Me presenté, algo muy habitual y me dediqué a hablar con su esposa. Una señora encantadora, amable y muy dulce. Mientras lo hacia,le mostré el manejo de la butaca y como podía reclinarla y le facilité una almohada y unas sábanas para su mejor confort.

Cuando abandoné la habitación, ella estaba sentada con los pies en alto. Su marido dormía plácidamente y el paciente de la cama de al lado, roncaba de una manera relajada.
A la media hora pasaba por delante de la habitación y veo a la señora de pie, nerviosa y con cara de susto.
Me acerqué para preguntarle y me dice bastante nerviosa:
-¿Que hace ese hombre en mi cama? y señala con el dedo al paciente de la cama de al lado.
-Señora, ese es el paciente de al lado, respondí yo extrañado.
-Pero ¿que hace en mi cama? contesta ella cabreada. A lo que respondí:
-Señora ¿donde esta usted? y la mire con el ceño fruncido. Ella muy segura me dice:
-Estoy en mi casa y hay un hombre metido en mi cama.
Yo aluciné. Pero como soy así de malo, le solté:
-Entonces si usted esta en su casa y esta en su habitación ¿quien coño soy yo?
La pobre mujer me miro asustada y dio un paso atrás... de repente como si sintiera una suave descarga,tembló y para mi sorpresa, se transformó de nuevo en la dulce señora con la que había tenido el placer de hablar. Y me comenta sonriendo muy suavemente:
-Oh, que tonta soy, me he despistado. Perdona tesoro. Buenas noches.
Se dirigió a su butaca, se sentó nuevamente con los pies en alto y se durmió.
Y terminó la noche, me fui a casa y no pensé hasta la noche siguiente.

Volví al trabajo y nuevamente hice una pequeña ronda para ver a los ingresados y me encuentro con la dulce señora ya mas dispuesta a descansar que a hablar, me sonrió desde la tranquilidad de su butaca y me dijo adiós con la mano, a lo que respondí con otra sonrisa.

Una hora más tarde la vuelvo a encontrar en pie y agitada, a los pies de la cama de su esposo y me acerco pensando que se encuentra mal.
- ¿Quien se ha llevado mi cama? me dice furiosa y señala el espacio que había entre la cama de su esposo y la pared; espacio totalmente insuficiente para una cama. A lo cual respondo:
-¿Su cama? yo, aun cauto.
-¡Si, mi cama, estaba aquí y se la han llevado! y señala nuevamente el espacio que a duras penas podía albergar mas que la mesita auxiliar. Y contesto:
-Ha sido la limpiadora de esta mañana que se la llevó para sus niños, yo por decirle algo.
-¡Sera puta! ya veras mañana cuando la coja, le arrancaré los pelos del coño...... y resignada se sentó en la butaca y estiro las piernas, para acto seguido caer dormida.
Obviamente por la mañana, volvía a ser la tierna y dulce señora y no creo que recordase el episodio.

Solo se, que a la noche siguiente; el matrimonio no estaba y seguramente, dormían placidamente en sus camas, tranquilos y mientras yo, como cada turno de noche; volvía a repetir la rutina de visitar a mis pacientes.

Saludos,
MacDubh

2 comentarios:

aire dijo...

Dormirá plácidamente en su cama o no. Un vecino que duerme al otro lado de una pared de mi cuarto acostumbra a gritar por las noches "que me ahogo, que me ahogo". No veas qué sobresaltos me causaba el tío hasta que me acostumbré.

Además de sobresaltarme, me hacía sentirme tonta, porque al estar yo medio dormida, al principio hasta me creía que se ahogaba y todo. Luego, al despejarme, caía en la cuenta de que no estábamos en ninguna piscina y que si el tío estuviera asfixiándose no podría gritar, así que me tocaba volver a intentar dormirme con una mala leche que ni te cuento.

Mac Dubh dijo...

Pobre, es que a veces los vecinos pueden ser desquiciantes incluso en la distancia. Aunque si te paras a pensar, igual estaba "en eso" y le faltaba la respiración, jajajaja