De Bloomenmarkt ,pasando por Rembrandtplein

El Singel visto desde al lado del Het Orange Voetbal Museum

Het Orange Voetbal Museum desde enfrente. En este museo se glorifica el equipo de fútbol nacional

Rembrandtplein esta como nuestras calles españolas, totalmente levantado por remodelación. Aquí me topé con la primera curiosidad,para mi en este país. Si observáis el suelo veréis el lecho arenoso y una pequeña capa de turba negra alrededor de los troncos. Una cosa es saber que estamos sobre el lecho de un lago o de marismas y otra muy distinta verlo de primera mano

El Blauwbrug,este puente se erigió tomando como ejemplo el puente AlexanderIII en París, y recibe su nombre debido a que en su origen estaba pintado de color azul

La Stopera es un edifico con doble función ya que alberga dos estructuras. Por un lado esta el Stadhuis o ayuntamiento y por otro la ópera

¡los admiro!

El Magere Brug, como veis es un puente articulado que permite la navegación por debajo(vista este)

a diferencia de las anteriores fotos, no estamos sobre un canal si no sobre un río. El Amstel (como la cerveza jejeje)

Por todos lados estaba presente esta exposición urbana,en la cual, diferentes elefantes simbolizaban temas o personalidades reconocidas. Éste, el movimiento hippie; al que tanto le debe la ciudad

Éste en honor de la reina de Holanda y su color favorito, el naranja

Estamos frente a la Iglesia de Moises y Aaron en la plaza Waterlooplein que recibe su nombre por la batalla pero que antiguamente era conocido como Vlooienburg (ciudad de las pulgas) Se trata de una zona en la que desde siempre los comerciantes judios vendían sus cosas. Y ya desde 1893 se instauró como mercado diario salvo los domingos

Elefante Gladiador

Destacando por encima se haya la Oude Kerk, en primer plano seguimos con elefantes

Bueno no hay mucho que contar.

Sencillamente seguimos deambulando por las calles, refugiándonos de los chubascos intermitentes y dejando pasar el tiempo.

Paseamos por el mercadillo, aunque reconozco que no le hicimos mucho caso, a excepción de unos antiguos patines para hielo en madera, que por 12 euros se vendía el par.

Yo adecuaba mi paso al de ellos, a pesar de que mis zapatos ya resultaban bastante incómodos, por no decir una tortura. Pero bueno confiaba en que la horma daría de si y lo que hizo fue darme de si a mi, jajaja.

Hacia las 12 habíamos quedado en El Dam, pero visto lo visto no íbamos a llegar...
Pero eso mañana

Saludos