Si... es que hasta anécdotas paranormales... que si, bueno en mi caso no...
Una tarde, me tocaba trabajar con una vieja compañera a la que llamaba cariñosamente "Toro Sentado"- en su propia cara además- por su costumbre de sentarse a ver las telenovelas, con los brazos cruzados bajo las tetas y no acudir a ningún timbre hasta que había pasado su sesión televisiva.
Era curioso ver, como se asomaba al panel de timbres y cuando sonaba alguno; ninguno era suyo. Pero al igual que yo tengo mis manías, esta era la de ella y la respetábamos todo el mundo.
Para acabar de rizar el rizo., es gallega, pelirroja y asustadiza, aun más que yo.
No recuerdo el motivo por el que acudí al office, cuando de repente, escucho una voz muy suave que me dice:
- Hola... ¿quieres algo?
El office, una habitación de 2 x1,5m con lo cual, se ve a la perfección su interior, un amplio ventanal por el cual entra luz diáfana... y solo estoy yo.
Y vuelvo a escuchar:
-Eo, ¿quieres algo?
Y en voz alta:
-¡Hostia, oigo voces!
Así que me voy a ver a mi compi y le digo:
-Ana, oigo voces en el office.
a lo que ella riéndose me responde:
-Mira, no me quieras asustar, que ya soy vieja para eso.
-Que no, que las oigo ;en serio Ana.
Y Ana, al verme la cara, imagino que vió que no bromeaba y me creyó. Con lo cual se asusto y me dice:
-¡Pues yo no entro ahí! Que a mi eso me da mucho miedo.
Yo, decidido a aclarar el asunto, regreso al office y al poco vuelvo a escuchar:
- ¿Pero me vas a contestar?
Y yo, ya mas asustado respondo:
-¿A que?
-¿Que para que me llamas?
Entonces, miré para abajo y en el bolsillo superior del uniforme, estaba el móvil.
Por lo visto active una llamada y hacia 15 minutos que estaba al teléfono, precisamente otra Ana.
¡Ver para creer!
Ya podía haberme dicho algo más concreto ¿no?
Saludos
MacDubh
Una tarde, me tocaba trabajar con una vieja compañera a la que llamaba cariñosamente "Toro Sentado"- en su propia cara además- por su costumbre de sentarse a ver las telenovelas, con los brazos cruzados bajo las tetas y no acudir a ningún timbre hasta que había pasado su sesión televisiva.
Era curioso ver, como se asomaba al panel de timbres y cuando sonaba alguno; ninguno era suyo. Pero al igual que yo tengo mis manías, esta era la de ella y la respetábamos todo el mundo.
Para acabar de rizar el rizo., es gallega, pelirroja y asustadiza, aun más que yo.
No recuerdo el motivo por el que acudí al office, cuando de repente, escucho una voz muy suave que me dice:
- Hola... ¿quieres algo?
El office, una habitación de 2 x1,5m con lo cual, se ve a la perfección su interior, un amplio ventanal por el cual entra luz diáfana... y solo estoy yo.
Y vuelvo a escuchar:
-Eo, ¿quieres algo?
Y en voz alta:
-¡Hostia, oigo voces!
Así que me voy a ver a mi compi y le digo:
-Ana, oigo voces en el office.
a lo que ella riéndose me responde:
-Mira, no me quieras asustar, que ya soy vieja para eso.
-Que no, que las oigo ;en serio Ana.
Y Ana, al verme la cara, imagino que vió que no bromeaba y me creyó. Con lo cual se asusto y me dice:
-¡Pues yo no entro ahí! Que a mi eso me da mucho miedo.
Yo, decidido a aclarar el asunto, regreso al office y al poco vuelvo a escuchar:
- ¿Pero me vas a contestar?
Y yo, ya mas asustado respondo:
-¿A que?
-¿Que para que me llamas?
Entonces, miré para abajo y en el bolsillo superior del uniforme, estaba el móvil.
Por lo visto active una llamada y hacia 15 minutos que estaba al teléfono, precisamente otra Ana.
¡Ver para creer!
Ya podía haberme dicho algo más concreto ¿no?
Saludos
MacDubh